Cuando pensamos en la educación, lejos de imaginarla o sentirla estática, la pensamos en
Acción. El mundo se mueve, los niños crecen, nuestro quehacer cotidiano se transforma y
nuestros desafíos como educadores son mayores.
La Transmisión se hace imposible sin leer, en términos de “volver a percibir sentir y teorizar,
el escenario actual donde la docencia tiene lugar”. Sin encontrar nuevas formas de creatividad
podríamos reducir nuestras herramientas y perder el placer a la hora de enseñar.
La creatividad supone una Educación al servicio de lo que cada infante porta y debe “aprender
y aprehender” para desplegarse; nos sucede igual como docentes y como seres vivientes.
Debemos pensar el Clown como múltiple herramienta; no solo en el ámbito teatral. Pensarlo
desde esta perspectiva es algo que se impone como necesario y como un hecho hace tiempo
ya. El Arte Clown puede partir desde un escenario Teatral, por ejemplo: El Coliseo más grande
de Latinoamérica, el Teatro Colón y llegar hacia los escenarios más diversos, vulnerables y
necesarios como: Hospitales Pediátricos, barrios, villas de emergencia, la Clínica Psicológica con
niñas o niños, Hogares y las escuelas.