Duele vivenciar lo que significa una guerra… pasa el tiempo y parece que el mundo se acostumbra nuevamente a tanta barbarie.
Me aferro a la palabra de quienes la están sufriendo, atizando las cenizas de la historia para ilustrar los conflictos del presente.
«Este ataúd es para ti, niño, no tengas miedo, acuéstate,
Una bala llamada vida apretada en tu puño,
No creíamos en la muerte, mira, las cruces son papel de aluminio.
¿Oyes, todos los campanarios se arrancaron la lengua?»
Llora la pluma de Iya Kiva, quien salió de su natal Donetsk huyendo de la guerra en el Donbass.
La poeta, traductora y periodista nos conmueve con su dura poesía.

Fuente: Unicef Español