El edificio Flatiron junto con el Chrysler, son dos de los edificios de Nueva York que siempre más me han fascinado, probablemente por las historias que los rodean.
Poco se ha escrito sobre el edificio Flatiron y la verdad es que no lo entiendo, porque su pasado y construcción me parecen súper interesante.
En 1820 Madison Cottage, situada en la esquina noreste de la calle 23 y Broadway, era una posada para viajeros cansados pero también una casa de entretenimiento público. Cada 4 minutos se detenía un carro de caballos.
Las familias acomodadas de la zona (con el objetivo de evitar el comercio que atraía este tipo de transporte), desplazaron sus hogares hacia el norte de la isla (actual Upper East Side) convirtiendo esta zona en barrios de lujo.
Pero en 1856 el banquero y agente inmobiliario Amos Eno, se mudó al número 26 West 23rd Street.
Por aquel entonces en ese mismo punto existía el hipódromo Franconi y por allí se veía de todo: caza de ciervos, tiendas de campaña, vuelos aéreos… así que poco tiempo después de mudarse decidió demoler el complejo y en su lugar construyó el legendario Fifth Avenue Hotel.
Apodado «la locura de Eno», ya que la calle 23rd en aquella época se consideraba muy lejana del Uptown de Manhattan, confundía a la gente con su lujoso hotel.
Justo al lado los espectáculos de burlesque y comedia copaban el área convirtiéndolo en un centro de recreación, aunque el extremo norte era lugar de las compras chic, restaurantes, galerías, club y entretenimiento, la llamada «Ladies Mile».
La 5th Avenida y Broadway se cruzaban formando una intersección en la calle 23 dando lugar a una parcela de tierra triangular, así que Amos Eno decidió comprar el terreno para que se convirtiera en la casa del futuro edificio Flatiron, aunque a lo largo de los años se le llamó «el triángulo de Eno» «la esquina de Eno» y tantos otros nombres.
El hotel St.Germaine había estado en la zona sur de esta parcela desde 1850. Después de que la zona se revitalizara, el distrito se había convertido en un lugar muy atractivo para otros hoteles que se habían ubicado en la 5th Avenida y Broadway como Albermale, Hoffman, Worth… incluso el centro comercial más grande, Stern, abrió sus puertas ahí en 1878.
En 1880 la punta norte, la más estrecha de la parcela, se había convertido en la oficina de tickets de la compañía de trenes Erie y la Wells Fargo y a partir de aquí, la fama de la zona comenzó a dispararse a la vez que decaía su exclusividad.
En 1890 edificios de viviendas se convirtieron en tiendas y oficinas, e incluso la actividad de venta al por mayor y de fabricación de secados se extendió.
Metropolitan Life Insurance se trasladó hasta Park Place y los teatros, clubs y hoteles de lujo se mudaron hacia el Uptown. Así que los herederos de Eno decidieron vender algunos de sus terrenos.
Samuel y Mott Newhouse planearon la construcción de un edificio que debía tener 12 plantas en la zona norte y apartamentos y oficinas en la parte superior, mientras que el hotel St.Germaine (situado en la zona sur de la parcela) se renovó y expandió convirtiéndose en un edificio de 7 pisos que pasó a llamarse apartamentos Cumberland.
Esta esquina de la calle 23 se había convertido en la más famosa de la ciudad, los turistas se congregaban para verla, hombres y mujeres bien vestidos se paseaban exhibiéndose por sus calles.
Los edificios Townsend y St.James, relativamente nuevos y altos en la época, fueron precursores de muchos edificios de oficinas modernos que se construirían en la parte alta de la ciudad.
El proyecto del Flatiron era la oportunidad que la ciudad estaba anhelando, un diseño bonito que rompía las ordenanzas de 1807 que exigían calles rectangulares. Pero antes había que persuadir a inversores para que se apuntara a participar en el proyecto.
Winfield Stratton, un buscador de oro rico, planeaba construir el edificio residencial más noble de toda América.
El arquitecto Daniel Burnham y el constructor George Fuller, probablemente abrumados por las enormes construcciones que se estaban realizando en su vecindario, se apuntaron al plan de Stratton.
En 1901 la Fuller Construction Company (quienes también han construido el hotel Plaza, Macy’s Nueva York y la estación original de Pennsylvania) compró la parcela completa en forma de triángulo a Samuel y Mott Newhouse por $801.000 (su tío Amos Eno, había comprado la parcela por $30.000 40 años antes).
El triángulo estaba listo para alojar un edificio que se iba a convertir en punto de referencia tanto por su diseño como por su ubicación.
Harry S.Black, el dueño de la compañía Fuller, había mostrado su interés por la eficiencia de los edificios de oficinas altos que se ubicaban en solares estrechos.
La finalización en 1902 del Flatiron Building fue el fin de la llamada «Ladies Mile» y de Madison Square como centro social. El tamaño del edificio doblaba en altura al de sus vecinos, convirtiéndolo así en el edificio más alto de la ciudad que podía verse desde más allá de Central Park y la Estatua de la Libertad.
La compañía de George A.Fuller había construido otros edificios de estructura similar al Flatiron, convirtiendo a su compañía en una de los mayores constructoras de la nación.
En un inicio el nombre iba a ser Fuller Building, pero su evidente semejanza con la forma de una plancha le valió el sobrenombre de Flatiron (plancha en inglés) que perdura hasta nuestros días…
Una maravilla!!!