Ella nació un 16 de junio, y unas semanas después estalló en Europa la Primera Guerra Mundial. Sus padres la educaron en casa, y desde sus cinco años no dejó de tocar el piano un solo día, para no perder la costumbre.
A los 15 años ingresó a la École Normale de Musique de Paris, fundada por Alfred Cortot. Él fue uno de sus maestros, además de Nadia Boulanger.
Después de muchas décadas de enseñar piano ella misma, la formidable Colette Maze grabó su primer álbum… a los 84 años.
El caso de Colette Maze es, cuanto menos, extraordinario, más allá de su longevidad. Es su lucidez y su disciplina a lo largo de tantas décadas lo que la hace tocar el piano, hoy, con la frescura de una jovencita y la sabiduría de una experta.
Su secreto consiste en un cándido y a la vez inteligente sentido del humor, tocar rigurosamente todos los días, y además hacer yoga y danza.
Al igual que para su maestro Cortot, para Colette, estas disciplinas, y en especial el yoga, pueden dar a una persona la flexibilidad necesaria para tocar un instrumento.
Mirándola tocar, los arrugados dedos de Colette acarician el teclado y se mueven con una agilidad asombrosa. Su ejecución es sencilla, sin rimbombancias, pero no desprovista de amor y ternura hacia ese instrumento que la ayudó a canalizar los sinsabores de una infancia con una crianza muy estricta de padres más bien fríos y distantes. Para ella, fue la música lo que sustituyó el calor de hogar y le dio sentido a su vida.
La Segunda Guerra Mundial la privó, por un tiempo, de continuar ejecutando su amado instrumento, pero de todos modos ella “improvisaba” un piano moviendo los dedos sobre alguna mesa, para no perder ni la práctica ni la agilidad.
Cuando se le pregunta por qué nunca se le dio por dedicarse a la composición, con mucha humildad asegura no tener talento ni tiempo para eso. Se volcó, en cambio, a la docencia, y tomó un cargo en la misma escuela donde se formó.
Fue su hijo Fabrice quien la motivó a grabar música de los compositores que ella ama, en especial Claude Debussy: ya van seis álbumes, el último publicado en 2021 (Un Siècle avec Debussy). Es que Colette es una de los últimos alumnos de Alfred Cortot. Con mucho criterio, Fabrice logró convencerla de que sería una estupenda idea plasmar en registro discográfico los conocimientos que ella había adquirido del método de su maestro.
Dice un proverbio que si uno puede caminar, también puede bailar; y si uno puede hablar, también puede cantar.
Colette Maze, la “Dama del piano”, ha superado con creces tal premisa…