Con la llegada de los días fríos, las habitaciones se suelen sellar más herméticamente, se ventilan menos y en su interior se encienden estufas y chimeneas, no siempre bien instaladas o en las mejores condiciones de funcionamiento; es por ello que en los meses invernales se incrementan las estadísticas de muertes relacionadas con el monóxido de carbono (CO).

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