El 2 de agosto del 2008 falleció de leucemia Pérez Celis a los 69 años. El artista plástico había invertido el nombre de su nacimiento: Celis Pérez.
Fue un destacado exponente del estilo abstracto.
Realizó varios murales, como Fuerza América, y se convirtió en uno de los artistas más populares de la Argentina.
¿Su legado?: formas, colores y transgresiones entre el lienzo y la calle que aún hoy siguen dando que hablar.
De muy chico estudió dibujo por correspondencia, mientras trabajaba como canillita, cadete y aprendiz de carpintero, entre otros empleos.
En 1954, cuando cumplió 15, ingresó a la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Allí estudió con Leopoldo Presas, Líbero Badií, Juan Batlle Planas y Santiago Cogorno. A los 17 realizó su primera exposición individual en la galería La Fantasma.
Al año siguiente, cuando visitó la muestra del artista húngaro Victor Vasarely en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, su cabeza hizo un click.
Ese arte abstracto magnánimo, imponente, de colores fuertes y puro enigmatismo lo cautivó enseguida.
Luego, en 1958 en Uruguay, formó parte del Movimiento del Hombre Nuevo, impulsor del arte no figurativo, orientado por Rafael Squirru. Todo fue moldeando su estética.
Durante los años sesenta puso su interés en las esculturas de hierro y cemento. ¿Será que el cuadro le resultaba un espacio limitado? ¿O será, tal vez, que no podía controlar su pulsión de hacer del arte una herramienta de sensibilidad popular? Fue así como el lienzo dejó de ser la plataforma única de su trabajo para pasar (también) a la calle.
Lo que siguió después fue: ganó premios, sobrevivió a un accidente automovilístico donde murió su primera esposa, vivió en Venezuela, Francia, Estados Unidos, se casó tres veces, obtuvo el reconocimiento internacional, expuso en lugares recónditos como Tokio y Budapest, fue reconocido como Ciudadano Ilustre de Buenos Aires.
Murió a los 69 años y fue velado en la Bombonera, dado su fanatismo por Boca Juniors, lugar donde dejó murales y obras… se lo extraña…