Parte de la entrevista de Melania a la Dra. Marian Rojas-Estapé, fuente BBVA.

«Melania Montano: Tú, que eres psiquiatra, has estudiado la mente y el comportamiento humano, y dices que no hay atajos ni guías rápidas que aseguren la felicidad. Me gustaría que nos hablaras un poco más sobre esto.
Marian Rojas-Estapé: Estamos en un momento de la historia donde parece que existe una obsesión por ser felices, como que hay atajos fáciles: “Disfruta con esto y conseguirás la felicidad rápidamente”. Pero la felicidad no es eso. La felicidad depende del sentido que cada uno de nosotros le damos a nuestra vida. Pero ¿qué sucede? Que en una sociedad que ha perdido el sentido, en una sociedad que en muchas ocasiones ha perdido el rumbo, hemos sustituido el sentido de la vida por sensaciones. Esas sensaciones pueden ser masajes, comida, alcohol, redes sociales… No todo tiene por qué ser malo, pero es autodestructivo cuando sustituye el verdadero sentido de la vida. Cada vez se investiga más sobre este sentido de vida. Los japoneses lo denominan “Ikigai” y hoy en día se sabe que cuando existe ese “Ikigai”, ese sentido que uno le da a las cosas, uno puede tener mejor salud física y psicológica, incluso mejoran los marcadores cardiovasculares, pero también mejora la felicidad. Cada uno de nosotros, todos los que nos están escuchando, tú y yo, Melania, estamos librando una batalla en algún tema de nuestra vida. Todos nosotros estamos sufriendo constantemente por algo: un tema económico, un tema de salud, un tema familiar, un tema profesional… Siempre hay algo que nos preocupa, y esas batallas nos marcan. Y cómo lidiamos con esas batallas va a marcar eso que denominamos “felicidad”, porque la felicidad consiste en conectar con eso bueno que pasa cada día, y que lo malo que sucede cada día, esas batallas, lo sepamos gestionar de la mejor manera posible. Tiene un matiz con la plenitud. La plenitud es un estado donde yo noto que mis necesidades están cubiertas y no quiero nada más. Por lo tanto, uno puede estar sufriendo mucho, pero ser feliz en ese momento, porque sabe conectar con lo pequeño y bueno que le va sucediendo cada día. Es decir, la felicidad está en conectar con las cosas pequeñas que van surgiendo en el día a día.»