El Instituto Balseiro es una prestigiosa unidad académica que funciona en las instalaciones del Centro Atómico Bariloche (CAB) por convenio entre la Universidad Nacional de Cuyo y la Comisión Nacional de Energía Atómica siendo el más antiguo de los institutos de esta última.
Forma profesionales en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica y Física Médica. Es considerado, por su impecable trayectoria, el centro educativo científico de mayor renombre en la Argentina y América Latina siendo reconocido como un centro de alto prestigio internacional. Es, además, el primero y hasta el momento único centro regional latinoamericano de capacitación en ciencias y aplicaciones de tecnologías nucleares dentro de la órbita de la AIEA (International Atomic Energy Agency) y una de las 30 únicas instituciones del mundo que pertenecen a World Nuclear University. El Instituto, es considerado un orgullo para la Argentina.
El 22 de abril del año 1955, se firmó el convenio que lo creó como Instituto de Física de Bariloche. El Centro Atómico Bariloche encomendaba a sus investigadores las actividades docentes, proporcionaba alojamiento a los estudiantes y brindaba el uso de sus instalaciones y laboratorios, mientras la Universidad Nacional de Cuyo pagaba los sueldos docentes y emitía los títulos académicos.
Su primer director fue el Dr. en Física José Antonio Balseiro, con cuyo nombre fue rebautizado después de su muerte en 1962.
Las actividades académicas comenzaron el 1 de agosto de 1955 con 15 estudiantes y 8 docentes. Los primeros Licenciados en Física egresaron el 20 de mayo de 1958 y el 26 de ese mismo mes y año se aprobó la primera tesis doctoral. En el Instituto Balseiro se dictan carreras de grado en Física, Ingeniería Nuclear e Ingeniería Mecánica, maestrías en Física, Física Médica e Ingeniería y doctorados en Física, Ingeniería Nuclear y Ciencias de la Ingeniería.
Con el objetivo de formar profesionales de excelencia, el IB prepara a sus alumnas y alumnos en laboratorios de ciencia y tecnología de primer nivel, acompañados por docentes que son investigadores activos.
Asimismo, la pequeña cantidad de ingresantes, el sistema de becas al que todos ellos acceden y la opción de vivir dentro del Campus del Centro Atómico Bariloche, permiten un contacto permanente con los docentes, lo que asegura un ambiente estimulante y de dedicación exclusiva al estudio, sin dejar de lado actividades culturales, deportivas y de compromiso con la comunidad.